miércoles, 1 de julio de 2009

Precaución vs paranoia.

En vísperas de la inminente cuarentena por la gripe del chancho.
Paranoia, ágorafobia, alcohol en gel, barbijos por doquier. Y más paranoia.

Así como fue con el dengue hace unos meses, y con la inseguridad viene siendo desde hace tanto tiempo atrás. Un puñado de hechos innegables, sí, pero sobredimensionados por un cúmulo de suposiciones, rumores y alarmismo en altas dosis. Y eso obviamente, impacta en la gente.
La misma masa inerte que contribuye, conscientemente o no, a agrandar y hacer correr la bola.
Finalmente, todo termina siendo un círculo vicioso.

Me parece como buen país subdesarrollado que somos, a nivel gobierno prefieren tirar la bomba cuando ya no da para más, en lugar de preveer las cosas con tiempo. Llamémoslo conveniencia, mentalidad cortoplacista o simplemente CABEZA.
Y, en lo que al ciudadano promedio respecta, ante la sensación de desconcierto, desespera.
Ante la necesidad de precaución, cede a la paranoia.
Precaución y paranoia son dos cosas muy distintas. Incluso una podría evitar la otra.

Lo de la gripe es un hecho, pero también hay una alta dosis de psicosis alimentada por los medios, a la cual yo personalmente, no me pienso subir. Si, obvio, tomar las precauciones del caso... pero no me dejé traumar por la inseguridad, tampoco por el dengue y no pienso hacerlo por esta ola de gripe. No creo en las olas.
Si declaran la cuarentena, me encerraré en mi casa llena de libros, música y DVDs. Después de todo, cumpliría mi sueño: hibernar cuando hace frío (motivo por el cual creo que las tortugas están un paso adelante en cuestiones de VIVEZA que nosotros, los humanos).

Una anécdota: ayer el Shopping Abasto tenía 30% de descuento en todo, obviamente previendo que en cualquier momento decretan el cierre por tiempo indeterminado.
¿Qué hizo la gente? La masa inerte y agorafóbica?? Hizo COLA! en los locales.
Espero no herir susceptibilidades, pero creo que esa es una clara muestra de lo que somos como sociedad. Un chiste.

martes, 23 de junio de 2009

Una cita

"La experiencia me dice que cada cinco años se cotiza más mi firma. Creo que cuando vendo un cuadro hago un mal negocio".
(Salvador Dalí)

lunes, 22 de junio de 2009

Políticamente correcto

Hoy me di cuenta que, como tanta otra gente, tengo internalizado el concepto de lo "políticamente correcto", y lo aplico casi por inercia a la hora de hablar.

Y entonces me cuestioné...¿Qué es exactamente lo políticamente correcto? ¿No es irónico que justamente la política, que es por excelencia el ámbito de las incorrecciones, determine los parámetros de lo que está bien y lo que está mal?

Sería más apropiado hablar de lo éticamente correcto... aunque la ética es hoy por hoy un concepto bastardeado y en desuso.
Tal vez debiéramos referirnos entonces a lo objetivamente correcto. Pero claro, me dirán, la objetividad no existe siempre y cuando estemos hablando de sujetos, con sus respectivas subjetividades de por medio.
Lo socialmente correcto tampoco es un patrón considerable, ya que implicaría regirse por ciertos cánones impuestos o heredados, basados muchas veces en cuestiones frívolas. Y por otro lado, lo que es correcto al interior de una sociedad no necesariamente lo es para otra, y mas aún: lo que está bien para los de arriba no condice con lo establecido para quienes se ubican abajo de la misma pirámide social.

Pensé mucho al respecto, y realmente no pude determinar con claridad qué institución o ciencia humana debería ser la que establezca el valor de lo correcto.
Pero si de algo estoy segura, es que la política definitivamente no lo es.

lunes, 8 de junio de 2009

Un lugar.

Buscaba incansable más y más.
Desafíos, metas, nuevas puertas. Era lo estático un imposible para mi necesidad de no parar.
Saltaba, corría, esquivaba hábilmente todo atizbo de calma.
Y cada vez que un remanso se avecinaba, me inventaba nuevos motivos para no aminorar la velocidad. Eso de día. Las noches, por su parte, no eran más que una prolongación de mi vértigo diurno, resolviendo acertijos, solucionando dilemas con los ojos cerrados...

Hace un tiempo ya que floto en sueños. Que no necesito de la búsqueda constante para saciar mi esencia, porque a veces duermo abrazada a la sensación de que encontré todo lo que hubiera deseado. Y que eso está precisamente entre mis brazos.
Es la extraña sensación de amigarse con lo estable, y que al mismo tiempo, eso parezca la más nueva e increíble de las aventuras. De darse cuenta, después de tanto buscar mi lugar en el mundo, que el lugar no era otro que justamente en donde estoy.

jueves, 4 de junio de 2009

acerca del primer millón...

"se trata primero de encontrar una idea que, de tan simple, parezca idiota... y después, lograr sostenerla de manera inteligente."



* (de esas charlas con Gusmen...tan inusualmente consistentes para los parámetros de lo virtual.)

viernes, 22 de mayo de 2009

coincidencias

Abundan las coincidencias entre nosotros, y eso es algo bueno.

Sin embargo me di cuenta que la verdadera magia no reside tanto en encontrar las coincidencias como en lograr que incluso los elementos más opuestos, logren coexistir pacíficamente.

martes, 21 de abril de 2009

Hermética.

Cansada de la avalancha de información que me azotaba sin descanso, hubo un día en que opté por volcarme al hermetismo. Y a partir de ese día ya no leí más diarios, ni miré los noticieros.

Las noticias dicen que todo se trata de “olas”. Olas de secuestros, olas de inseguridad, olas de mosquitos.

Yo prefiero tomar las cosas como hechos aislados. No es que no me importe, pero el todo es tan complejo que no alcanzo a procesarlo. Y eso genera una angustia muy difícil de manejar para un ser-esponja como yo. Y la verdad, preferiría no enfermar mi cabeza atrás de eso.

Si escucho radio, solo elijo alguna que hable poco. Porque en éste mundo todo el mundo cree tener algo importante que decir. Y a mí, para ser sincera, no me interesa escucharlos.

Igual que en la calle... una de las cosas más molestas que tiene Buenos Aires es que me obliga todo el tiempo a escuchar conversaciones ajenas, a presenciar cosas de las cuales no tengo por qué ser testigo.

No se si será una mera cuestión de volumen de las voces, o que ya somos demasiados, o que existe cierta tendencia a querer-que-lo-de-uno-sea-público. Pero me veo constantemente expuesta a diálogos que no me incumben en lo más mínimo. Como la señora del asiento de atrás del colectivo, relatándole a otra (con una cuota certera de exageración) las bondades de su hijo, el profesional. Y la vida de sus otros hijos, por las dudas. Total el viaje era largo. O aquel tipo de cuarenta y largos, describiendo con detalle sus aventuras de adolescente tardío, sus trampas y sus consideraciones sobre la pareja con el handy en altavoz.

Ah...el Nextel. Qué cosa que detesto. Al aparato en sí, y a un determinado target de usuarios a los cuales les encanta alardear, invadiendo cualquier espacio común con el odioso beep y un intercambio tosco de palabras que, reitero, a mí no me interesan en lo más mínimo. Es más, me generan bastante fastidio.

El mismo fastidio que me producen los celulares con mp3, y la gente que los usa sin auriculares como una especie de boombox de la era postmoderna. Pero del Bronx a Chacarita. Del rap al reggaetón.

La verdad que ningún invento es nefasto en sí mismo: lo vuelve nefasto el uso que le da la gente. De la misma manera que no vivimos en un “país de mierda”, como suelo escuchar. El país está hecho de personas, con lo cual las conclusiones son bastante obvias…

Pero, volviendo a los que musicalizan los transportes públicos sin que nadie se los pida, no se qué les hace pensar que yo quiero escuchar su música.

Es por eso que me recluí en una especie de burbuja que resguarda mi interior, del mundo exterior. Y la llevo conmigo adonde sea que vaya. Los cristales cubren mis ojos, cegándolos parcialmente ante aquello que no quiero ver; los auriculares protegen mis oídos de lo que jamás quisiera enterarme. Es la única forma que encontré de aislarme frente a la psicosis colectiva, y la estupidez humana. De no ver ni oír aquello que me hace mal.

Prefiero que sea la música quien hable. Y en lo posible, la música que a mí me gusta escuchar.

domingo, 19 de abril de 2009

oído al pasar...

Es conocida la afición de las chicas por hacer sociales en el toilette.
Cuando alguien en un espacio público se pregunta ¿por qué la fila del baño de hombres (si es que la hay) avanza el doble de rápido?, bueno... en parte he ahí la explicación.

Ésta situación se dio en la fila del baño de un bar:

Chica 1:- ¡Me muero! Qué buen bolso!!!!
Chica 2:- ¿Te gusta? Me lo compré hace mil años...
Chica 1:- Guauuu...¿Es de antes de cristo?


* las improvisadas sesiones de fotos también suelen ser motivo de eternas tardanzas...

miércoles, 15 de abril de 2009

una cita.

"Yo, como Don Quijote, me invento pasiones para ejercitarme"

(Voltaire)

martes, 14 de abril de 2009